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Demasiado amor

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A veces he visto algunas madres (y padres) que no se separan ni un segundo de sus hijos, pendientes de cualquier situación que les pueda pasar o de satisfacer sus deseos lo más rápido posible para que estén a gusto, olvidando a veces sus propias necesidades y concentrando todas sus energías en sus hijos. 

Todos queremos proteger a nuestros hijos y nos gustaría que nunca les sucediera nada malo, que su entorno sea lo más seguro posible, que sean saludables, que amen al prójimo y que sean personas de bien. Todos (o la gran mayoría) amamos a nuestros hijos y quisiéramos lo mejor para ellos, dándoles nuestro cariño y protección, pero si lo hacemos en grandes dosis, demasiado afecto puede ser también perjudicial para ellos.

Los padres que constantemente están encima de sus hijos dándole muestras de cariño de manera exagerada, lo que logran es que los niños no aprendan a expresar su afecto hacia otras personas, sino a que enfoquen su atención en ellos mismos y luego esperen y exijan ese mismo amor de las otras personas. Como resultado, estos niños no pueden crear un enlace emocional con otros y a veces da la impresión de que no se interesan por los demás, concentrando toda su atención en sus progenitores. Esto conlleva que el niño se vuelva solitario y aislado del resto del mundo.

Otra consecuencia de darles demasiado afecto, es que los niños se sienten inseguros cuando los padres no están. No son capaces de desenvolverse por sí solos y sienten temor del entorno que les rodea, porque no está "su protector".

Con esto no quiero decir que no haya que darle cariño y mimos a nuestros hijos, sino que debemos medir las dosis de cariño sin exagerar, dejarlos un poquito libres para que aprendan y experimenten, para que se equivoquen y fracasen, a la vez que aprenden de sus errores.

No hay nada más hermoso que el amor de los padres hacia sus hijos y que éste sea recíproco, por eso, sí de verdad los amamos, dejemos que sean ellos mismos y que saboreen la vida con un poquito de libertad, proporcionándoles siempre nuestra dosis exacta de cariño y amor.