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Fiestas de cumpleaños para niños

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Ya ha empezado el curso escolar y durante el primer fin de semana, ya he asistido con mis hijos a 3 fiestas de cumpleaños con sus amiguitos del colegio. Hay fiestas de cumpleaños de todos los tipos; los que se celebran en casa, en un parque, en los parques temáticos, en los recintos que ahora están muy de moda, donde tienes un espacio adecuado con colchonetas inflables o piscinas de bolas y te lo montas todo tú mismo, etc.


Personalmente, pienso que el lugar más adecuado para celebrar un cumpleaños, es al aire libre. Si se dispone de un lugar habilitado, ya sea un parque con mesas, un jardín o un sitio al aire libre donde se puedan realizar actividades, es el entorno ideal para celebrar un cumpleaños, siempre y cuando la fecha del cumpleaños permita celebrarlo al aire libre.

No es necesario gastarse mucho dinero en la celebración. Se pueden hacer actividades divertidas con poco dinero, pues al fin y al cabo, los niños no necesitan grandes gastos para pasárselo bien.
Quizás nos ocupa más tiempo y trabajo, pero si lo hacemos con tiempo, podemos preparar juegos y actividades, además de la decoración y la merienda para ese día.

Para las invitaciones, lo mas fácil es comprarlas en el mercado, pero serán mucho más divertidas y personalizadas si las creamos junto a nuestros hijos. Podemos imprimir su personaje favorito y junto a una foto de nuestro hijo o hija, las pegamos en una cartulina con pegatinas o rotuladores de colores, con diferentes formas y dejamos que ellos mismos escriban el texto. Las invitaciones de cumpleaños quedarán más divertidas y originales.

Para decorar la fiesta de cumpleaños, podemos crear también nuestro propio estilo. Tenemos la opción de comprar la decoración de algún personaje que les guste o recurrir a globos de colores, guirnaldas coloridas hechas a mano, incluso nuestros hijos pueden pintar el mantel con rotuladores y participar en la decoración. Podemos combinar varios colores o decidir algún tema para la fiesta, por ejemplo, dinosaurios, el espacio, el mundo encantado, las princesas, los piratas, etc.

En cuanto a la comida para el cumpleaños, lo ideal es preparar pequeños bocadillos, mini pizzas, palomitas de maíz o pequeños sandwiches variados. Para los más atrevidos, se pueden preparar tarrinas de diversas frutas para pinchar con palillos. Es mucho más sano y natural. Si tenemos tiempo y destreza en la cocina, lo ideal es hacer la tarta nosotros mismos con alguna decoración semejante a la del cumpleaños. Siempre saldrá más económico que comprar un pastel en una pastelería.

Lo más importante de la fiesta de cumpleaños es que los niños se lo pasen en grande y para ello, podemos prepararles juegos adecuados para su edad. Veamos algunos ejemplos:

Si el cumpleaños se celebra al aire libre, podemos preparar diferentes juegos y actividades deportivas:

El juego de la esponja:

Se forman 2 equipos (azul y rojo por ejemplo) en filas. En un extremo, se llena un cubo de agua y en el otro extremo, se pone un cubo vacío. Cuando suene el silbato, los niños de cada fila, deben ir corriendo al cubo con agua, llenar la esponja y llevarla hasta el cubo vacío y exprimirla. Gana el equipo que haya llenado más el cubo que estaba vacío cuando se acabe el tiempo.


El juego de esconder el tesoro

Para este juego, debemos preparar unas pistas que iremos escondiendo por diferentes lugares. Los niños deberán ir siguiendo las pistas y cumpliendo las pruebas para llegar al tesoro final.

El juego de los huevos

Nunca falta el clásico juego de llevar los huevos con una cuchara, intentando que no se le caigan. También se forman dos equipos y cada niño debe llevar el huevo hasta el final y darle la cuchara al siguiente de su fila. Si se le cae, lo coge y vuelve a empezar. Gana el equipo que consiga terminar en menos tiempo. (Es mejor hervir los huevos, sin que los niños lo sepan para que tenga más emoción)

El juego del regalo secreto

Se envuelve un regalo en varias capas de papel. En cada capa pone algo, por ejemplo: "Para el más divertido", entonces se le da al niño que se considere más divertido. Luego éste lo abre y en la siguiente capa pone otra cosa: "Para la más payasa..." y así sucesivamente, hasta que la última persona abre el regalo definitivo.

El juego del escondite, el pilla pilla, el juego de la silla (hay una silla menos y cuando se apaga la música se sientan; queda fuera el que no se sienta, y así sucesivamente hasta llegar a uno), el juego de ponerle la cola al burro... en fin, hay miles de juegos de toda la vida con los que los niños pueden disfrutar y pasárselo bien sin gastar mucho dinero en el cumpleaños.

La piñata se puede hacer en casa también. Yo hice la de mi hijo y me llevó tiempo, pero el resultado fue genial. En internet existen muchas páginas que enseñan cómo hacerlo.

La piñata de mi hijo, hecha a mano

Es ideal que el niño o niña reciba y abra los regalos cuando llegan sus amiguitos, para que pase lo más desapercibido posible y no haya competencias, ni atiborremos al homenajeado con tantos regalos a la vez.

Siempre existe la opción de hacerlo en un parque de juegos en los que hay personal que se encarga de todo, pero la fiesta de cumpleaños será más impersonal y menos divertida que si lo hacemos entre toda la familia. Por supuesto, esa opción sale más cara y casi siempre es igual.


Vacaciones en el camping

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Se acercan las vacaciones y los más afortunados (digo afortunados porque hoy en día no todo el mundo puede costearse unas vacaciones) están planeando la salida estival con sus retoños.

Los que tengan hijos pequeños, evidentemente, no tienen problemas para tomar la decisión, ya que los niños no opinarán sobre si les gusta el destino elegido o no; y si opinan, todavía nos vemos capaces de "arrastralos" allí donde vayamos.



Los que tengan hijos adolescentes y se los quieran llevar consigo, ya lo tienen un poquito más difícil, pues la decisión tiene que ser consensuada entre los miembros familiares y eso no es tarea fácil. Yo he sido adolescente y recuerdo en que hubo una época en la que quería ir a cualquier sitio...siempre que fuera alejada de mis padres y mis amigas estuvieran incluidas en el plan.

Bromas aparte, es muy difícil conciliar las vacaciones de verano con nuestros horarios laborales y tenemos que convertirnos en magos para ir "colocando" a nuestros hijos en colonias de verano, con los abuelos, con la vecina que se los queda... para luego compartir con ellos los pocos días de vacaciones que nos dan en el trabajo.

Una opción interesante son los campings. A los niños les encanta pasar las vacaciones en un camping. Allí tienen de todo: naturaleza, aire libre, piscina, juegos y actividades, algunos disponen de "mini clubs", otros ofrecen talleres, deportes y todo tipo de juegos. Para los padres es una muy buena opción, ya que los niños están en un entorno seguro y a la vez los tenemos "controlados" mientras ellos se divierten con los amigos. Es muy usual que los niños hagan amistad con otros niños y si es un camping que frecuentan cada año, seguramente van estrechando lazos con estos amiguitos.

Para los que piensen que un camping es incómodo, nada más lejos de la realidad, hoy en día es casi como ir a un hotel. Muchos tienen bungalows con todas las comodidades y bastante espaciosos para las familias. Generalmente hay cocina, ducha y habitación de matrimonio. Allí mismo puedes cocinar y comer en las terrazas al aire libre con los niños. Si no quieres cocinar durante las vacaciones, muchos de ellos ofrecen restaurantes y cafeterías para almorzar en sus instalaciones.

Es una opción alternativa, que seguro los niños disfrutan y nosotros agradecemos, pues nada como escaparse de la rutina y relajarse en la naturaleza, ya sea cerca a la playa o en la montaña.

Niños al aire libre

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Los niños de hoy día no tienen muchas ocasiones de disfrutar de un entorno natural (sobretodo los que viven en las ciudades), como teníamos los de mi generación. Antes teníamos más libertad, jugábamos más en la calle y teníamos mucho más contacto con la naturaleza.

Es muy importante que los niños aprendan a conocer más de cerca el origen de la vida, que salgan regularmente al aire libre o al parque y no se centren tanto en los videojuegos y otros aparatos tecnológicos.

Hay informes que reconocen las ventajas que conlleva el hecho de estar en contacto permanente con el medio natural y una de ellas es la salud, ya que las personas están más sanas, se adaptan mejor y tienen más capacidad de concentrarse en admirar los espacios verdes, cosa que les proporciona tranquilidad y un aumento en la atención en el ámbito escolar, además de reducir el estrés.

Cada día la sociedad es más consciente de que debemos cuidar el planeta y hemos de contribuir para que el mundo sea cada vez más sostenible. Una manera de hacerlo es inculcando estos valores a nuestros hijos, enseñándoles a respetar el medio ambiente, a reducir el consumo innecesario y a valorar lo que nos brinda la naturaleza.

Se ha demostrado que cuando se acondicionan zonas verdes con árboles y huertos en las escuelas, el comportamiento y los resultados académicos son mejores.

El autor del libro “Last child in the Woods”, Richard Louv, sostiene que existen un grupo de dolencias modernas a las que ha denominado “Trastorno por déficit de naturaleza”. Entre este grupo de dolencias, están la ansiedad, hiperactividad, el estrés o la depresión y todo ello puede ser provocado por la falta de contacto con un entorno natural.

Intentemos hacer un esfuerzo por nuestros hijos y por nuestro planeta dándole la importancia necesaria al hecho de cuidar y preservar la Tierra, compartiendo con ellos las diversas riquezas naturales que nos ofrece.

Nuestra generación no necesitaba consolas ni artilugios para ser feliz.