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¿De dónde vienen los niños?

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Muchas veces nuestros hijos, cuando empiezan a ser un poco más conscientes, nos han preguntado ¿De dónde vienen los niños? Más de un padre no ha sabido responder o se sonroja con la pregunta.

Antes escuchábamos respuestas como "los trae una cigueña de París", o "el papá pone una semillita en la mamá y ésta crece..." pero no nos daban demasiados detalles o simplemente pasaban a otro tema sin dar explicación alguna.

El otro día me llegó un email que me hizo mucha gracia, porque hablaba de un libro alemán que había desatado la polémica, por la manera explícita en que explicaba a los pequeños (con ilustraciones y texto) de dónde vienen los niños. En el libro hablan de vaginas, escrotos y espermatozoides con total naturalidad y por supuesto, hay gente en contra y a favor.

Imágenes del polémico libro alemán

Hay que pensar que los niños quieren saber muchas cosas y mientras más honestas y sencillas sean nuestras respuestas, mejor lo comprenderán. Hay que hablarles no sólo del acto sexual, sino del afecto, del amor y el respeto con un vocabulario que ellos puedan comprender.

Se pueden utilizar términos comunes en la familia o científicos, sin necesidad de caer en lo vulgar y enseñarles que el sexo no es practicado sólo con fines reproductivos, sino también por placer y que existen formas de disfrutarlo con alegría y responsabilidad.

No hay que temer a su curiosidad. Cada cual explica a sus hijos los temas sexuales de la manera que creen más conveniente, pero una buena educación sexual desde pequeños, contribuirá a que nuestros hijos disfruten mejor de la vida y los protegerá de riesgos y errores que puedan tener.

La importancia de los valores

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Hoy queremos proponer un artículo interesante que leí el otro día, que hablaba sobre los valores que debemos enseñar a nuestros hijos para que en el futuro sean mejores personas.



Uno de los valores más importantes es el del respeto a sí mismo. Sí los niños se respetan a ellos mismos, podrán respetar y conocer a los demás. Las personas adultas deben demostrar que respetan a los niños escuchándolos y haciéndoles caso cuando se dirigen a ellos. Sería bueno elogiarlo cuando el niño tiene en cuenta los derechos de los demás. Hay que enseñarles a tratar a los demás como a ellos les gustaría ser tratados.

La tolerancia es otro de los valores importantes. Enseñar a nuestros hijos a ser tolerantes y respetar que todo el mundo es diferente, es vital. La naturaleza nos ha creado en esta infinita diversidad y eso es algo positivo, ya que sin estas diferencias el mundo sería aburrido y monótono.

La honestidad es otro de los valores que propone el artículo. Desde pequeños se les debe enseñar a hablar y obrar con la verdad y a ser sinceros con los demás.

La responsabilidad es otro valor básico en la educación de nuestros hijos. Debemos enseñarles a cumplir los compromisos adquiridos, para que podamos confiar en su palabra.

Compartir con la familia, tener amigos con los que jugar y compartir las experiencias con ellos, dar afecto sincero y desinteresado...son algunas de las cosas que harán crecer a nuestros hijos con importantes valores y harán que sean más felices.

Nuestros hijos deben aprender a tener una actitud positiva, ser optimistas y alegres, para enfrentar la vida con mejor humor. La mejor forma de enseñarles todos estos valores es dando ejemplo. La construcción de valores es una tarea imprescindible en la crianza, pues ellos dan sentido a la vida.

Los amigos de nuestros hijos

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Los niños en general, suelen querer relacionarse con otros niños a partir de los 6 meses, que es cuando aprenden a abrirse a los demás. Sus primeras experiencias con los amigos, serán con juguetes o peluches, después con los niños del parque o familiares de la misma edad.

Sobre los 4-5 años, los niños empiezan a definir sus amistades y a socializarse en su entorno, pero hacer amigos no es tan fácil como parece.

Es muy importante en el desarrollo de nuestros hijos, alentarles a hacer amistades y relacionarse con los demás. Un niño que no tiene hermanos o que juega solo todo el tiempo, puede tener problemas a la hora de adaptarse durante su crecimiento. Nuestra estimulación es básica para ellos y debemos fomentar que el niño se relacione con los demás, aunque no debemos forzarlos a que sean amigos del niño o niña que mejor nos caiga a nosotros, sino dejarles escoger sus propias amistades.

En esta edad es normal que los niños quieran estar con niños y las niñas con niñas, pero poco a poco esto irá cambiando. También es bastante habitual que algunos tengan un "amigo imaginario" pero esto es muy normal y no hay que preocuparse por ello. Mi hijo de 5 años, me habla constantemente de su "amigo invisible" y es como una forma de desarrollar su imaginación y creatividad. Hay que seguirle el juego sin caer en el exceso de importancia con este "amigo" de nuestro hijo.

Está claro que la personalidad de nuestros hijos influye en la elección de amistades. Hay niños a los que les cuesta relacionarse con los demás debido a su timidez o simplemente porque le gusta el juego en solitario. Hay algunos que les lleva su tiempo socializarse y hasta que no cogen confianza en determinado ambiente, no se empiezan a abrir. Siempre debemos respetar esa situación y no presionarles porque puede ser contraproducente, pero debemos reforzar su autoestima para darle confianza a nuestro hijo. Es bueno invitar a sus amiguitos a casa, o fomentar la práctica de deportes o apuntarlos en teatro, etc, para que los niños se relacionen con amigos de su edad.

Por otro lado, en los grupos suele existir uno o varios líderes. Hay algunos niños que son muy extrovertidos y asumen el papel de líder en su grupo. Este líder suele estar rodeado de amigos y a veces puede ser muy exigente, por lo que si es el caso de nuestro hijo, debemos explicarle cómo viven las situaciones los demás niños, para que no siempre sea tan exigente y hacerle ver que no va a ser el centro de atención en todas las situaciones, por ejemplo, en casa con los padres.

Es muy importante conocer a los amigos de nuestros hijos, conocer sus actitudes y su forma de pensar y relacionarnos con los otros padres para crear un clima de confianza. Puede pasar que no nos gusten los amigos que nuestro hijo ha elegido, ya sea porque ejercen una mala influencia o porque contradicen los valores que nosotros le intentamos enseñar, pero no por ello debemos criticarlos, sino que es mejor cuestionar las malas acciones que cometen, explicándoles el porqué está mal y animándoles a no seguir ese camino. Está claro que mientras más pequeño sea nuestro hijo, más fácil será nuestra influencia respecto a sus amistades, porque cuando llega la adolescencia, la situación se hace más difícil.

La mejor forma de que nos escuchen, es manteniendo una buena relación familiar y un clima de diálogo y confianza con ellos, para que sigan nuestros consejos y sean menos manipulables por su entorno.