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Alimentación niños: Pescado

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Hay muchos niños a los que no les gusta el pescado y es un alimento muy nutritivo con un elevado valor biológico y una cantidad de proteínas similar al huevo y a la carne. El pescado azul y el marisco, poseen una mayor cantidad de proteínas.


A partir del año, ya el bebé puede introducir el pescado en su dieta, siempre teniendo cuidado por si se observa alguna alergia.

Para que los niños se acostumbren a comer pescado, aquí os proporcionamos algunos trucos interesantes:

Es mejor comprar pescado de buena calidad y sin espinas, sobretodo para empezar, ya que las espinas harán que los niños sean reacios a volver a comer este alimento. En el mercado existe una gran oferta de pescado fresco o congelado, como merluza, lomos de bacalao, etc que están libres de espinas.

Sería bueno también intentar evitar los pescados con sabores demasiado fuertes o intentar disimular el sabor con especias o hierbas aromáticas. También podemos facilitarles las cosas si les desmenuzamos el pescado a trocitos y lo mezclamos con el resto de la comida.

Es mejor no cocer mucho el pescado para que no quede muy seco. La forma ideal de presentar el pescado a los niños, es rebozado, sin demasiadas salsas. Luego poco a poco ya se puede ir cambiando la presentación, una vez nuestros hijos ya se hayan adaptado a su sabor y textura.


Otra opción es hacer hamburguesas o albóndigas de pescado. También si lo mezclamos con otros alimentos que le gusten a nuestros hijos, siempre tendrá más aceptación, por ejemplo, macarrones con atún o croquetas, etc.

Si utilizamos estos trucos, poco a poco los niños se irán acostumbrando al delicioso sabor y variedad que nos ofrece este nutritivo alimento, que tantas proteínas y vitaminas les aportan.

Alimentación niños: frutas y verduras

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Es muy importante que los niños coman frutas y verduras. Personalmente no soy el mejor ejemplo para demostrarlo, ya que de pequeña aborrecía estos alimentos. Por eso me gustaría transmitir unos trucos para que los niños coman más variedad de frutas y verduras y poco a poco las vayan incluyendo en su alimentación.


Es vital que las comidas se hagan de forma relajada, todos sentados en la mesa, sin el televisor encendido y sin prisas.

Algunos consejos para que los niños coman verduras:

Si no les gustan crudas, se puede probar con zumos o cremas de verduras. Un zumo de zanahoria y manzana es muy saludable y está rico, por ejemplo. Una crema de calabacín, cebolla y otras verduras, es muy suave y fácil de hacer.

Las verduras se pueden esconder dentro del plato principal. Por ejemplo, si se hace pasta, es muy fácil esconder los trocitos bien pequeñitos, con verduras blancas que pasan más inadvertidas.

Podríamos presentarles las verduras de forma divertida. Podemos hacerlo en forma de carita, o con figuras geométricas e incluso animar a nuestros hijos a que preparen pinchos con diversas verduritas.

 Las verduras crudas son muy saludables. Hay muchos niños a los que les encanta morder cosas crujientes. Si no les gusta, siempre se pueden hacer en puré.

Podemos mezclar las verduras, por ejemplo con puré de patatas, las machacamos o añadirles queso, alguna salsa o sus ingredientes favoritos.

Intente no apartarle los trocitos de verdura de la comida para que se acostumbren a ella.

Y sobretodo, no desistir. El primer día costará que se la coman, pero a base de seguir insistiendo, llegará un momento en el que terminará probándola y se acostumbrará a comerlas habitualmente.

Trucos para que los niños coman más frutas:

Al igual que la verdura, la fruta en zumos es deliciosa y de fácil aceptación por parte de los niños.

Es bueno siempre tener una cesta con fruta variada, que se vea apetitosa y donde nuestros hijos puedan escoger diariamente alguna pieza. Al principio es mucho mejor llevarles la fruta ya preparada, es decir, pelada y cortada, sin añadirles azúcar.

Los padres debemos dar el ejemplo. No podemos pretender que nuestros hijos coman fruta si nosotros no lo hacemos. Recordemos que los niños tienden a imitarnos.

También podemos añadir fruta fresca en alguna tarta o pastel y también mezclarla con yogur o natillas.

Habituarlos a ponerles fruta en la merienda también es una buena costumbre. Entre todos podemos hacer que nuestros hijos tengan una alimentación más saludable.

Enseñando a nuestros hijos a comer bien

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Comer debería ser un placer y no un castigo. Tengo dos hijos de 3 y 5 años a los que le ha costado mucho aprender a comer, de hecho aún seguimos en la lucha con mi hija pequeña para que coma comida sólida, pues el cambio se ha alargado demasiado. Un propósito de este año 2012 es abandonar los purés definitivamente. Supongo que a muchos padres les habrá pasado lo mismo y por ello me gustaría compartir algunas pautas que estuve leyendo hace unos días.

  • No hay que utilizar la comida como premio o castigo, pues el niño se dará cuenta y luego lo utilizará en contra nuestra.
  • Desde muy pequeño, el niño debe comer con el resto de la familia. Es aconsejable sentarlo en la mesa y si es posible, que coma lo mismo que los demás, desde los 12 meses de edad.
  • No debemos permitirle a nuestros hijos, eliminar grupos de alimentos enteros, como verduras, pescado, frutas, etc. Si algún alimento no le gusta, es necesario sustituirlo por otro parecido, o intentar disimular el sabor con salsas o cocinado de otra forma.
  • Se deben introducir los alimentos de forma gradual, primero darle platos sencillos de comer y masticar, como jamón, macarrones, sopa,etc, y luego introducir carnes o bocadillos.
  • La hora de la comida no debe durar eternamente. Si tu hijo come muy lento, es mejor ponerle poca comida en el plato y que se la termine y si tiene más hambre, ponerle un poquito más. El tiempo de la comida debe transcurrir entre 20 y 45 minutos.
  • A partir de un año de edad, se debe intentar que el niño coma solo, cogiendo él mismo los cubiertos.
  • No se deben utilizar distracciones a la hora de la comida, como televisión, cuentos ni juegos y se debe establecer una rutina para comer. Es ideal comer siempre en el mismo sitio con los mismos horarios y no picar entre horas.
  • Si alguna vez el niño no quiere comer, no hay que forzarlo, ya que podría estar desganado o enfermo y puede crear rechazo a la comida.

La dieta de los primeros años es fundamental, por lo que se ha de hacer hincapié en la primera etapa para asentar una correcta alimentación en el futuro. Si no logramos ahora que nuestros hijos coman de todo, en el futuro nos será más difícil.
Hay que hacerles entender que la comida es necesaria para vivir y que también puede ser una actividad social y divertida, además de ser un momento para compartir con la familia. Si seguimos estas pautas, podemos conseguir una alimentación más sana para nuestros hijos.